sábado, 7 de enero de 2012

Plata

Y andando sobre los agujeros de la noche, pisando la oscuridad con cuidado para no caerme en uno de ellos, te uniste a mi camino. Y sin apenas ser consciente de ello, los días pasaron. Las horas se tornaron en semanas y sin darnos cuenta habían pasado meses. Y en el camino nos hicimos mayores. Yo dejé de lamentarme por lo pasado, tú me descubriste un futuro.
Y crecí y crecí y crecí hasta que me di cuenta de cuánto había crecido. Crecí yo sola y crecí contigo. Crecí tanto que ya no me caía en los agujeros de la noche al pisarlos. Tanto que, allí, bajo esa luna de plata, me vi al lado de un hombre que un día fue el niño con el que compartí miedos e ilusiones. Y me devolviste la fe en mi misma, me tapaste las heridas y ya no echaron sangre.

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