lunes, 12 de marzo de 2012

Frío

No sé cuánto tiempo llevamos sentados al borde de la cama. Cada uno sentado en una esquina, porque no hay más cama para alejarnos. Las sábanas revueltas hace tiempo que se quedaron frías.
No sé cuánto tiempo llevamos callados. Yo me acaricio el pelo y mis pies barren la alfombra. Tú simplemente callas. Callas, callas y callas, como has estado haciendo todo este tiempo.
Yo sigo confundida. Sigo herida. Sigo sintiendo que si me levanto no volveré. No, porque tu silencio ya lo dice todo. Si fueras capaz de rebatir lo que hemos discutido ya lo habrías hecho. Simplemente espero, espero a que el sueño me venza y caiga inconsciente sobre las mantas para que, al despertar, despierte de una de mis peores pesadillas.

1 comentario:

  1. Quizá él esté esperando en realidad lo mismo que ella. Quizá sabe que le ha hecho daño y no sabe como arreglarlo (quitándole importancia, dándosela...) quizá esa impotencia le inmoviliza.
    Y es que en realidad las palabras no son capaces de expresar los sentimientos adecuadamente y acaban llevando a malentendidos. Siempre vale más el brillo que su mirada que la incoherencia de sus palabras, no?

    Despertando de las pesadillas sólo se consigue que permanezcan para siempre como pesadillas (aunque sea en la memoria). Hay que vencerlas, vencer el miedo y el dolor, es la única forma de hacer que desaparezcan.

    ResponderEliminar